El museo musical pretende crear una relación armónica entre la naturaleza y el usuario, utilizando las formas curvas para dar una sensación orgánica en el espacio. El edificio, al que se accede por una gran plaza urbana, contiene un inmenso vestíbulo acristalado inspirado en la idea de la música como una gran burbuja espiritual que genera distintas sensaciones personales

 

A partir de este punto se inicia el recorrido interactivo por las áreas de exposición que permite conocer los inicios de la música en la humanidad, los instrumentos utilizados por cada cultura y los estilos musicales hasta la actualidad. El uso de plazas externas como espacios multiusos fomenta la interacción de los usuarios con las actividades culturales y la naturaleza.